Marchas de procesión

Azahares en Belluga

Marcha de procesión cuyo título hace referencia al ambiente primaveral que tiene lugar en las calles de la Ciudad de Murcia durante la Semana Santa.

Ntra. Sra. de la Amargura

Dedicada a la Cofradía de la Santa Verónica de Cieza y a Mariano Caballero López.

1970

Esta marcha es un encargo para acompañar la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo, y narra la historia de la imagen recorriendo las calles de Guadalupe el Jueves Santo de 1970 hasta una fábrica donde numerosos obreros y cofrades se encontraban encerrados como protesta de los despidos que iban a sufrir.
La marcha tiene un inicial tema A con una melodía mística que representa a la imagen llegando a la fábrica y que concluye con una transición heroica que refleja la valentía de esas personas encerradas.
El tema B muestra la consolación y alivio sentimental de los obreros allí presentes que fusionan sus almas espiritualmente con Cristo en un climax final.

Dedicada a la Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo de Guadalupe, a los obreros que demostraron su valentía y, en especial, a uno de ellos, mi abuelo José Vicente Alba.

El Ángel de la Oración

Dedicada a los nazarenos estantes y cabos de andas de La Oración en el Huerto
de la Real y muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Murcia, enero de 2017.

Esta marcha narra el momento en que
Jesús se retira con Pedro, Santiago y Juan
al huerto Getsemaní y, puesto en oración,
sintiéndose "triste, hasta la muerte" se le
apareció un ángel del cielo confortándole.

La marcha se divide en dos bloques.
El primero hace referencia a la soledad
y a la oración de Jesús con una melodía
que recuerda a los cantos gregorianos.
Poco a poco va entrando en angustia y
sufrimiento, pues es consciente de la
traición que le va a llevar a su muerte.

El segundo bloque comienza en el registro
agudo de la madera que acompaña una melodía
esperanzadora, pues refleja la aparición de
un ángel que desciende del cielo para confortar
y amparar al hijo de Dios.

El final de la marcha evoca la melodía de la
oración que queda fusionada con la nueva
melodía en un consuelo alentador.